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miércoles, 25 de febrero de 2015

Jornadas de cine educativo para alumnos de Primaria

Tres pequeños gigantes: Genios mudos, gritos de vida.


El cine en sus comienzos supuso un gran cambio en la forma de pensar del mundo tanto de los creadores como de los espectadores. A lo largo del siglo XX ha significado una verdadera revolución en las artes, la cultura y el pensamiento de la especie humana. El cine mudo fue el primer gran paso para cambiar la mirada sobre nuestro entorno, asombrarnos ante imágenes en movimiento, conmovernos o reírnos con historias. El cine ha servido para crear nuevos lenguajes, es decir, una forma diferente de contar las cosas, y por lo tanto ensaya constantemente técnicas, efectos especiales, trucos y maneras distintas de expresión. Algunas de estas técnicas, en sus inicios, se van a reconocer en las jornadas.















Unas jornadas presididas por tres grandes genios, pequeños gigantes del cine mudo, que llenaron las pantallas de todo el planeta con un humor sencillo y muy elaborado a la vez. ¿Qué enseñan Chaplin, Keaton o Harold Lloyd...? La vida en estado puro. Una mirada analítica, descriptiva, críptica y crítica que contiene una experiencia de una época y una sociedad que necesitaba la risa. Conocer a estos tres grandes cómicos es el primer paso para disfrutarlos.

CHARLIE CHAPLIN, “CHARLOT”


 Charles Spencer Chaplin nació en Londres (Gran Bretaña) en 1889 y es conocido mundialmente por su personaje de Charlot, un vagabundo siempre en movimiento. Su infancia estuvo llena de penalidades y tuvo que emigrar a Estados Unidos, donde se enroló como actor en la compañía de Fred Karno. Entre 1914 y 1917 empieza a ser conocido en el cine por su personaje de Charlot que rápidamente se hace celebre dentro y fuera de Hollywood. Más de sesenta cortos extienden su humor por todo el mundo: un personaje burlesco, tierno, mezcla de vagabundo y lord inglés con su bastón y su sombrero. Inconfundible: “Mi vestimenta me ayuda a expresar mi concepción del hombre de la calle, no importa qué hombre, yo mismo, galante, brioso, desvergonzado. Alguien que puede reírse y darse lastima de sí mismo”.

A partir de 1930 su humor evoluciona hacia la sátira expresada en grandes películas como Tiempos modernos o El gran dictador. Nunca se adaptó al cine sonoro, aunque produjo y dirigió varias películas habladas. Murió en Suiza en 1977. Dijo cosas como: “Un día sin reír es un día perdido” o “Pensamos demasiado, sentimos muy poco”.






BUSTER KEATON, “CARA DE PALO”


 Joseph Francis Keaton nació en Kansas (Estados Unidos) en 1895. Con pocos años es apodado “Buster” (indestructible) tras sobrevivir a numerosas caídas del escenario en el que actuaba junto a su padre. Debuta en el cine en papeles secundarios en numerosos cortos dirigidos por Mack Sennett. Pierde parcialmente el oído en Francia, durante la Primera Guerra Mundial, para regresar a Estados Unidos y empezar a realizar, dirigir e interpretar largometrajes de éxito. En ellos crea un personaje cómico nuevo, un héroe de cara impasible, que no ríe ni sonríe jamás, dotado de una fuerza moral que se impone en su entorno. Keaton se descubre como un poeta que busca descifrar los mitos de la América del Norte y la relación del hombre con los objetos.

Un actor cómico creativo, con gran capacidad inventiva mostrada en películas como La casa eléctrica, El navegante, El moderno Sherlock Holmes, El héroe del río o El maquinista de la General (1926), su gran obra maestra. Muere en Los Ángeles en 1966.




HAROLD LLOYD, EL HOMBRE DE LAS GAFAS DE PASTA
Harold Clayton Lloyd nació en Nebraska (Estados Unidos) en 1893. Entre 1914 y 1947, su vida cinematográfica, hizo más de 200 películas, tanto mudas como habladas. Rodaba sin querer ser doblado en las escenas de riesgo, demostrando siempre una gran habilidad física en escenas que son símbolo clásico del cine de todos los tiempos. Harold colgado de las agujas de un reloj sobre el vacío es su gran imagen sacada de El hombre mosca (Safety Last!, 1923).
Pegado siempre a sus gafas de pasta, su estrella como actor fue declinando con el cine sonoro. Murió en California en 1971.



viernes, 21 de noviembre de 2014

Cine “Ernest and Célestine”





Trailer de la película.


En los barracones de un orfanato que tiene una disciplina muy estricta, una niña llamada Célestine (voz de Pauline Brunner) es una pequeña roedora con grandes aspiraciones de ser una artista, pero ha sido forzada a estudiar en una escuela dental. (En un consultorio dental en donde estudian sobre la importancia de los incisivos de la gran civilización de los ratones.) Todos los ratones saben muy bien que la relación entre roedores y osos, nunca se llevan bien, por eso. Los osos viven en el mundo superior, mientras que los roedores viven en el mundo inferior. Pero Célestine no cree que eso pueda ser cierto. Por otro lado, Ernest (voz de Lambert Wilson) es un vagabundo que trabaja como payaso o cantante ambulante en la calle, aunque a veces termina robando comida o cosas en ciertos lugares y termina teniendo problemas con la policía.
Un día Célestine tiene la tarea de robar un diente de leche caído de un pequeño oso llamado León en el mundo superior, pero es descubierta por los padres de éste, y es perseguida por ellos. Al no encontrar una salida, se tira por la ventana del cuarto y termina en un bote de basura. Al día siguiente es encontrada por Ernest, que anteriormente la policía le confiscó sus instrumentos con los que tocaba en la calle y que al ver a Célestine decide devorarla, pero ésta se da cuenta rápido y lo convence de no hacerlo. Entonces Célestine le enseña a Ernest un lugar en donde hay muchos dulces (el sótano de la casa en donde quiso obtener aquél diente) y se los termina robando junto con ella. Poco después se descubre el crimen y la policía comienza la captura de Ernest y también de Célestine, ya que ambos ocasionaron desastres en el mundo inferior.
Así comienza una nueva amistad entre un oso y un ratón que al principio no se llevan bien, pero poco a poco descubren que tienen muchas cosas en común, sueños y aspiraciones, de modo que Ernest y Célestine irán en contra de las fuerzas adversarias y tendrán que usar su ingenio para cambiar el desequilibrio entre ambos bandos.